El cambio fue tremendo. De la noche a la mañana los cristianos se vieron honrados, tenidos en consideración, respetados, consultados y hasta obsequiados por los altos oficiales del Imperio y el emperador mismo. Constantino se mostró sumamente favorable al cristianismo y fue muy difícil para los líderes cristianos percibir su manejo político de esta situación. Carta de Constantino a Eusebio: “Mucha gente se está uniendo a la iglesia en la ciudad que es llamada por mi nombre (Constantinopla). El número
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